jueves, 4 de junio de 2009

El Sur ante la Comisión Total del Senado

Puerto Rico atraviesa por una situación económica muy difícil y es responsabilidad de todos nosotros transformar esta realidad. Los empresarios y empresarias de la Región Sur estamos comprometidos con el desarrollo económico de esta zona y empeñados en lograr un cambio significativo para beneficio de todo el País.
Para que las medidas legislativas que persiguen impulsar el crecimiento económico de Puerto Rico tengan un efecto expansivo sobre nuestra región, es necesario atender con urgencia los proyectos que convertirán a nuestra zona en un lugar atractivo para la inversión de capital extranjero y en un terreno fértil para la formación de nuevas empresas puertorriqueñas. (1) Que comience a operar el Puerto de las Américas, (2) que se preparen las zonas para valor añadido, (3) que se realicen las mejoras al Aeropuerto Mercedita para que pueda servir al mercado internacional de pasajeros y de carga, (4) que se diseñe el Plan de Desarrollo Urbano de la Región, (5) que Porta Caribe cuente con los recursos necesarios para catapultar el turismo de la Región y (6) que se honren los créditos concedidos mediante la Ley 212 a los proyectos del Casco Urbano de Ponce, son asuntos de vital importancia para nosotros.
El Puerto de las Américas y sus zonas de valor añadido, representan para Puerto Rico una oportunidad extraordinaria para incorporarse a la corriente del comercio internacional. Este conjunto de facilidades posiciona a Puerto Rico como un nuevo jugador en el mercado de distribución y logística a nivel global. Una moderna infraestructura portuaria como esta, es capaz de atraer grandes barcos que transitan diversas rutas internacionales y con ello, todas las actividades relacionadas al movimiento de la mercancía hacia distintos mercados en este hemisferio. Este movimiento de mercancía genera un sinnúmero de actividades que promueven el establecimiento de empresas internacionales en nuestro territorio y además representan una oportunidad para que nuestros empresarios puedan ofrecer distintos servicios en el segmento de distribución, logística y exportación de productos a nivel global. En ese sentido estaríamos estimulando la atracción de capital externo y también estaríamos fortaleciendo el desarrollo del capital local, eslabonando ambas actividades. Estaríamos expandiendo nuestro mercado de sólo cuatro (4) millones de consumidores y estaríamos diversificando nuestra cartera de clientes mediante la exportación. El Puerto de las Américas, como ven, representa un instrumento para la atracción de capital externo, un vehículo para exportar nuestros productos a múltiples mercados alrededor del mundo y un mecanismo para estimular actividad económica nueva en el País.
Debido a nuestro inmenso interés por transformar esta Región y al gran potencial que tiene esta zona para reactivar la economía de la Isla, nos preocupa que el Puerto de las Américas aún no tenga un operador, que no se haya divulgado un plan para mejorar el Aeropuerto Mercedita, que no tengamos información sobre el desarrollo de Vallas Torres como zona para valor añadido y que se detenga una inversión de más de $150 millones en proyectos de construcción en el Centro de Ponce.
Las medidas legislativas que pretenden impulsar el crecimiento económico de Puerto Rico, como la Ley de Incentivos Económicos, el nuevo proceso para otorgar permisos y las alianzas público-privadas, serán poco efectivas en la Región Sur si no comienza a operar el Puerto, si no se mejora el Aeropuerto, si no se preparan las zonas para valor añadido y si se detienen los proyectos de inversión privada en el Centro de Ponce.
Sin la existencia de estos proyectos tendríamos que preguntarnos: ¿Por qué habría de invertir una industria de capital extranjero en nuestra región si la mercancía tiene que ser transportada desde el Puerto de San Juan o hacia el Aeropuerto Luis Muñoz Marín? ¿Cómo un proceso más ágil en la otorgación de permisos podría estimular la inversión de proyectos residenciales o comerciales en el Sur, donde el desempleo sobrepasa el 18% y los residentes carecen de medios para comprar. ¿Por qué invertiría o se reubicaría aquí un ejecutivo de una empresa si la oferta recreativa, cultural y gastronómica se ve limitada por el bajo nivel de ingreso de la población? ¿Cómo el nuevo proceso de otorgación de permisos podría estimular la inversión en el casco urbano de Ponce cuando la Ley 7 provoca que se detenga la millonaria inversión ya encaminada? ¿Cómo nuestros inversionistas volverán a creer en proyectos de estímulo económico que no se honran?
Estas son algunas de las preocupaciones inmediatas y parte de las razones por las cuales hemos sido tan insistentes en nuestros reclamos ante la presente y la pasada administración pública. El crecimiento económico de nuestra zona depende de que comience a operar el Puerto de las Américas, que se mejore el Aeropuerto Mercedita, que estén listas las zonas para valor añadido, que podamos disponer de un Plan Urbano Regional y de que se honren los créditos otorgados a los proyectos de inversión en el casco urbano bajo la Ley 212.
Muchas gracias.